miércoles, 5 de agosto de 2009

nuestra lección debida

(acerca de la producción. Memoria de Proyecto de LD- estreno 2010)

El largometraje Lección Debida se trata de una producción independiente de bajo presupuesto. Esta frase la escriben en este instante tantos directores de producción, que me esbozo la media sonrisa y pienso en mis compañeros y en el sueño acumulado. En esta generación en la que nos enseñaron que todo sale, acostumbrados a sacar calidad de un cartón y una cámara con buena resolución: esta vez tenemos unos decorados pa presumir, y una RedOne que volará
con efectos tan espaciales, que vamos rezando a las incomodidades de permisos y seguros sociales. Un aproximado de 30 profesionales del sector harán su agosto: sudando, con ánimos, sin lucro, en una historia que pretende unir fuerzas para acceder por la rampa del compromiso social. Eso sí, a lo Ruiz Flores, “de un modo un tanto especial”.
No me extraña que Demovie Film apareciera por la puerta de AniuR con una confianza de producción ejecutiva como quien apuesta a caballo ganador en los tiempos que corren. La crisis no entiende de belleza, y más si se trata de la minimalista complejidad de Iván. Narrador de heridas en plano detalle, aclimatólogo de situaciones extremas, preocupado siempre por las personas y los personajes que escuecen en sus letras. Un director novel con una noble
vocación de provocación. Esperemos que sea el siguiente pasito para que su cabeza explote en futuras “ideas para arreglar el mundo”. El dolor le persigue hasta la crítica, y la promoción se va frotando las manos.
La imagen de Carmelo Barberá se resume en una plástica que podríamos comernos acompañado de claroscuros, aderezado con la profesionalidad de un fotógrafo de ambientes. Dan ganas de llamarle señor, si no fuera por los 27añitos que he tenido el lujado de ver evolucionar hasta llegar a su bien merecido primer largometraje. Digo, que con el tiempo se encuentra un equipo, que por la culpa de otros, estos dos tipos se tiran a la piscina suicida que supone comprometerse con una sociedad encerrada en el made in Spain. En esta industria querida, queremos seguirla, negativo y dolby por favor,, pero permítanles tocar los resquicios de la pantalla. Internet puede y quiere esperar.
Han buceado hasta el fondo de sus compañeros y entre oleajes de lucha fueron descubriendo: un minucioso sonoris causa, un ojo preciso como el golpe de una maza, un escrupuloso rácord que subrayamos en tinta roja, que ya nos parecen nuestras venas. Una historia agradecida en maquillaje y demás horrores para el espectador. Estamos deseando ver cómo con mil euros se dibuja este frenético arco iris. Y como con mil más, se cierra un círculo destinado a pasar o frenar. Rojo y verde para los daltónicos de la venganza. Hasta el story tiene historia, un zurdo que transmite lenguaje cinematográfico animando hasta el aire. Repetimos en banda sonora porque ya nos funcionaron los acordes en aquellos tempos lentos, como cogidos de la mano bailando los silencios. Entre dos nenas bricomaniáticas se han reinventado las manualidades, las tremendas posibilidades de acristalar unos peces en la claustrofobia de un plató al ochenta por ciento de metraje. Los auxiliares tirando salvavidas, disculpen respetados mayores: pequeñitos pero
matones. Este equipo sabe lo que se hace, ahí los apoyos de amortización de rodaje ☺
Por mi parte, lujazo de experiencia, agacho la cabeza, aprendo a cada pasito. Compartiendo la producción en un equipo que me ha elegido la suerte: eficaces y guapos es demasiada coincidencia. Hablando de esa, vamos avisados con la participación de Montse. No hay palabras ni sonidos guturales (su interpretación en La Culpa lo explica mejor. Iván y ella son ya como una llama y su vela). La trayectoria de Áron es para enmarcarla, como comentan por las calles “en uno de sus meticulosos sistemas actorales”. Marta y yo no somos primas hasta que nuestras familias demuestren lo contrario, y sin embargo, nos lazamos hacia su demostradísimo carisma y los elogios que nos llegan, y ahí está ella con la mujer que le toca ser. A Laura la disfrutaremos y a Marta también. Mar no podía llevarse más metáfora en el nombre y es que esta tía podría desbordarse ella misma con el arduo arte de sentir y echarle huevos al drama. Ramiro luce ese
gesto en cámara, y su Julio se retuerce de ganas de vivir. Por fin el gran Txema Blasco, un señor al que estreché la mano como quien admira los años. En sus extremidades va mucho trabajo y esta vez, se trata de una dura empatía, toda una golosina para un clown. Un casting tan grande como la sonrisa de su directora.
Tenemos unos puntos fuertes como una soga al cuello, tensando el final, oprimiendo. Parece que todo son alabanzas, pero este mi escrito, mi trabajo, mi realismo; y si no, esperen a ver la amistad entre realización y postproducción.
Experimentos varios, confiamos en nuestro movimiento invisible vía Web en formato video-impacto. Palabrotas a parte, tenemos un background simpático, y ya se sabe que si juntas susurros sale un grito y de ahí orejas y ojos, y de ahí la carrera irónica de nuestra meta. Pregunten por ahí, dónde los buenos se juntan para que nunca roce el barro hasta el cuello. Por mucho que diga la escena uno: proyecto de premio seguro. El mejor: una distribución para cualquiera que quiera (créditos en braille, y sala llena de sillas de ruedas).


Patty de Frutos,
Dirección de Producción de Lección Debida