sábado, 16 de diciembre de 2006

Dicen los diccionarios que un argumento es un discurso diseñado para convencer o persuadir. Aristóteles, en su Retórica, recordaba que todos nos hemos visto en la situación de tener que apoyar, defender, examinar o atacar un argumento. La argumentación es una parte fundamental de la vida pública y privada, está presente tanto en el discurso científico como en la discusión cotidiana, tanto en el debate político como en la estrategia empresarial. Por tanto, el análisis, la crítica y la correcta construcción de argumentos constituyen tareas esenciales para la vida social.
Entonces, Joder, aprende a dialogar como las personas normales. Y no me chilles y no mientas, y ostias… argunmenta! Y por supuesto... ni se te ocurra levantarme la mano… o tendré que meterte por el culo los veinte tomos del Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Un relato filosóficamente especial. Un beso, y feliz navidad.

Gsús Bonilla dijo...

no mola leerte enfadada,
pero ahí tienes
razón
aunque si vas a cometer ese acto,
no seas sádica
y
procura que no sea el de tapas duras...

Anónimo dijo...

jajajajajjaaj! toma pilla welve a por otra...madre!
unbesoruv